sábado, 19 de junio de 2010

Pasaje 1:


- Pudor antisocial, (artículo)
- De las viejas y del nuevas tablas, (fragmento de “Así habló Zaratusta” Nietzsche).
- De la alegría y la tristeza, (fragmento de “El profeta” Gibran Jalil).
- Resistencia subterránea, (prosa libre).
- Dar a luz, (prosa libre).
- Las tres transformaciones, (fragmento de “Así habló Zaratusta” Nietzsche).
- Apunte final.

Atmósfera entregada como música de fondo:

- Princesa de manos azules, de Después de nunca.
- Aperlae, de Ataraxia.


Pudor antisocial.

Ostentar cierto desdén hacia la usanza mundial, a la película estéril, hacia el ocurrir rancio y mecánico que no lleva a ningún lugar; esa inmodestia arisca y franca que brota de la fe en algo distinto a lo obligado, a lo precario; de la sed de algo más grande y más real.

Genera, sí, de hecho distancia; entre una aspiración trivial y ésta; (hoy ya nuestra…)
Que aún si no exhibe preponderancia al menos sí disidencia…

Vuélvete antisocial, misántropo, eremita, y podrás verte privado en el acto, del confort que hay en el incierto espejo de las relaciones humanas, de la auto-afirmación constante entre un millón de huecas impresiones mecánicas, del lenitivo moral de sentirte por ellos aceptado, comprendido, adecuado; aún cuando aquello tan solo sea ilusorio, involutivo y letárgico…

Podrá llevarte a hacer sentir cual cucaracha en más de una ocasión.

Y distinguir la auto-valía, o percibir tu dignidad desde aquel punto, ya no será tarea tan fácil, debido a que arderás tú sol@ en ese entorno.

Cuando te hayas aislado un poco de criterios inservibles.

Cuando vuelvas selectiv@ con tus raras amistades… y a veces ya, padezcas… no encontrarles más.

Cuando entiendas deslizarte por tu puente y por tu transición, sea a caso, tras del súper hombre; o a caso tras la súper bestia...

Más, aún la súper bestia sobrepasa a la pequeña: La inconciente de sí misma, de su condición, su levedad, de su inmundicia; la esterilizada bestia estándar de todos los días.

Y aún la conciencia malévola vale más que la inane; tiene más coraje, decisión, valor, mérito y dignidad.

“Los quiero calientes o fríos, a los tibios los vomitaré de mi boca”; bien dice de cierto, de hecho; el libro…

¿Y quien puede manejar la verdad?...

La verdad es como las tempestades, causa estragos. (Gargha Cuichin)

¿Con quien más es que podríamos exponer la suciedad?, la emponzoñada realidad en la que ardemos, aquella en la que hoy hemos aceptado reparar; retozando entre la existencia...

¿Alguien está dispuesto a verla?...

El planeta está embobado en su “virtud”.

Y en las representaciones vacías y deshonestas de aquello a lo que aún se llama “vida”.


Más, si es que “somos gusanos del lodo de la tierra cuándo nuestras aspiraciones se arrastran por el suelo” aún un dejo de soberbia (en todo caso) nos dará más sobriedad, cuando de una exaltada sed proceda:

Solo aquella que suceda a la contemplación grotesca de nuestra nadidad...

Luz o tiniebla:

Quizá sí; todo estribe al fin en ello…

En el “deber” de elegir; si así nos toca… (Si es que en verdad somos de guerra).

En cualquier caso, sugerimos instaurar en tanto; un culto a la tragedia, al movimiento, a la anti-estática.

Evitando así que se entuman nuestras necesidades; nuestra soledad, demencia y sobriedad, nuestra capacidad de ver, rasgar, sentir, gritar; nuestra ansiedad de ser, saber, sangrar, latir, vivir ...y ésta miseria aun crepitante.

la pista tarda unos segundos en cargar; si despues de darle clic no empieza, te sugiero darle otro, tank"s...)



De las viejas y de las nuevas tablas
(Alusión al conocido libro, que ofrecemos…
Por si el caso es, que hoy vos sangres por parásitos humanos).

“Así habló Zaratustra”:

Yo trazo en torno a mí círculos y fronteras sagradas; cada vez es menor el número de quienes conmigo suben hacia montañas cada vez más altas, yo construyo una cordillera con montañas más santas cada vez.
Pero adondequiera que conmigo subáis, oh hermanos míos: ¡cuidad de que no suba con vosotros un parásito!
Parásito: es un gusano, un gusano que se arrastra, que se doblega, que quiere engordar a costa de vuestros rincones enfermos y heridos.
Y su arte consiste en esto, en adivinar cuál es en las almas ascendentes el lugar en que están cansadas: en vuestro disgusto y en vuestro mal humor, en vuestro delicado pudor construye el parásito su nauseabundo nido.
En el lugar en que el fuerte es débil, y el noble, demasiado benigno, allí dentro construyó él su nauseabundo nido: el parásito habita allí donde el grande tiene pequeños rincones heridos.
¿Cuál es la especie más alta de todo ser, y cuál la más baja? El parásito es la especie más baja.
Y como distinguir a quien forma parte de la especie más alta… será fácil: éste es el que alimenta a la mayor cantidad de los parásitos…
Fragmento de “Así habló Zaratustra” – F. Nietzsche):





Fragmento de “El profeta” de Gibran Jalil Gibran:

De la alegría y la tristeza.


Entonces dijo una mujer: háblanos de la alegría y de la tristeza.
Y él respondió:
Vuestra alegría es vuestra tristeza sin mascara.

Y la misma fuente de donde brota vuestra riza fue muchas veces llenada con vuestras lagrimas.

Y ¿de que otra manera podría ser?
Mientras más tristeza penetre en el ser, más alegría podrá contener.

¿No es la copa que guarda vuestro vino la misma copa que estuvo fundiéndose en el horno del alfarero?

¿Y no es el laúd que apacigua vuestro espíritu la misma madera que fue tallada con cuchillos?


Cuando estéis contentos, mirad en el fondo de vuestro corazón y encontraréis que es solamente lo que os produjo dolor, lo que os da alegría.

Cuando estéis tristes, mirad de nuevo en vuestro corazón y veréis que estáis llorando, en verdad, por lo que fue vuestro deleite.

Algunos de vosotros decís: “la alegría es superior a la tristeza” y otros: “No, la tristeza es más grande.”
Pero yo os digo que son inseparables.

Vienen juntos y, cuando una de ellas se sienta con vosotros en vuestra mesa, recordad que la otra está durmiendo en vuestro lecho.

En verdad, estáis suspensos como fiel de balanza, entre vuestra alegría y vuestra tristeza.

Solo cuando vacíos estáis quietos y equilibrados.

Cuando el tesorero os levante para pesar su oro y su plata, es necesario que vuestra alegría o vuestra tristeza suban o bajen.




Integridad subterránea

Si escurres por conocer la ruta del sentido humano, aún se...

Supura soledad, sangra soberbia; mientras que una virtud banal ampute esencias.

Cuando entre la anarquía sensitiva, te fustigue el dilema, aún se...

Padece realidad, cimbra existencia; mientras que en rectitud fatal deslíe la espera...

¿Miseria en arrogancia o monolito a la inercia?; reptemos solamente donde el viso de conciencia…

Sin prosa elaborada, ni insensata belleza; que sin pose ritual curte la guerra.


Duele desierto, ortiga estrella; mientras que en la esquina del odio un alma especta.

Regurgitar, rasgar la flor; nuestra cisura es éxtasis y enmienda…

¿Quién se convulsionará entre las Salamandras, las Ondinas, las Nereidas?

¿Quién precipitará por entre la rendija existencial si no hay demencia?

Sin tragedia, ni imprudencia o perversiones...

Volvámonos jerarcas solo del fecundo movimiento.


Drena inmundicia, llora espera, exalta en transiciones; que en tu tentar rastrero enjuaga lento la existencia.

Balbuce fuerza, gime ausencia, eriza dignidad; la santidad bizarra hará justicia a las punciones…



“Es necesario tener un caos interior para ser capaces de parir una brillante estrella”.
(Friedrich Nietzsche - Así habló Zaratustra)

“En efecto, un gran culpable está más vivo que un hombre flojo y tibio, y su retorno a la virtud estará en proporción con la energía de sus extravíos”.
(M. Alphonse Louis Constant…)

“No hacer nada es tan funesto como hacer mal pero; es mas cobarde.
El más imperdonable de los pecados mortales es la inercia”.
(M. Alphonse Louis Constant)

“Llegad a no temer al león y el león os temerá: Decid al dolor: quiero que seáis un placer y llegará a ser no solo un placer, sino hasta más que un placer, una dicha”…
(M. Alphonse Louis Constant)



Dar a luz

Virpinia se desgarra en el extenso “espejo adentro”…
Cual de un pozo profundo es el misterio de su miel.
Suspira una mirada su ruptura y viaja en eco.
La brisa entre el astral pulsa una altura y lía una piel.

Y… siento sedición dulce entelequia,
Lujuria a despeñar tras la esotérica potencia;
Abandonar el hueco, el intelecto, lo amaestrado...

Pues te respiro en hálito en las formas del no-espacio.



Al bélico ambular:

Los discursos de Zaratustra
Las tres metamorfosis

Yo les indicaré las tres transformaciones del espíritu: el espíritu se convierte primero en camello, el camello se vuelve león, y finalmente el león se vuelve niño.
Muchas cargas pesadas se vuelcan sobre el espíritu, sobre todo para el espíritu paciente y con gran resistencia, donde domina la veneración. Su resistencia reclama la carga pesada, y mientras más pesada mejor. El espíritu vigoroso pregunta: “¿Qué cosa es la más pesada?”, y entonces se arrodilla como el camello para recibir una buena carga. “¿Qué hay de más peso?”, reclama el vigoroso espíritu. “¡Dímelo, ho héroe!”, para que yo pueda cargar con ello sobre mis lomos y mi fuerza se regocije.
¿Acaso no es esta una manera de humillarse para hacer sufrir al propio orgullo? ¿O es esta una forma de hacer brillar la propia locura para burlarse de la propia sabiduría? ¿O acaso es: desertar de una causa cuando ella celebra su triunfo, y ascender a la montaña para tentar al tentador?37.
¿O acaso es: alimentarse de las bellotas y de la hierba del conocimiento y sufrir hambre en el alma por amor a la verdad? ¿O acaso es: estar enfermo y despedir a los consoladores, o aceptar la amistad de los sordos, que no pueden escuchar lo que necesitamos? ¿O acaso es: sumergirse en agua sucia cuando ella es el agua de la verdad, y no repudiar a las ranas y los sapos cubiertos de inmundicia? ¿O acaso es: amar a quienes nos desprecian38 y tender la mano al fantasma cuando quiere aterrorizarnos?
El espíritu resistente y vigoroso hecha sobre se sí todas estas pesadas cargas, y al igual que el camello, que sale corriendo hacia el desierto apenas ha recibido su carga, el espíritu vigoroso se apresura a llevar la suya…

37 Reminiscencia, modificando su sentido, del Evangelio de Mateo, 4, 1. En el evangelio es el Tentador el que sube a la montaña para inducir a Jesús a pecar.
38 Véase el Evangelio de Mateo, 5, 44: «Amad a vuestros enemigos.»

Apunte final
Este blog es una cloaca de, cinismo, sobriedad, realismo, levedad, ruptura y dignidad; dureza, imparcialidad, impudicia, malicia y santidad; silencio, ironía y sarcasmo; aliento, realidad, coraje, reflexión, fuerza y entereza; entre otras miles de alimañas internas…

Es la alusión al templo negro que hoy te extiendo en el éter, ninfa eco.
Su objetivo es el de drenar y hallar descanso entre tu instante.



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